JUAN JOSÉ PRIOR " Geografías emocionales"

 JUAN JOSÉ PRIOR PRESENTA " HENDIENDO EL AIRE" EN DLIBROS  TORRELAVEGA.



Juan José Prior (Santomera 1967) se formó en filología clásica y se doctoró en la especialidad de filología hispánica con un estudio sobre la retórica española en lengua latina. Como poeta publicó en su juventud la plaquette Mester de soledad ( Murcia, 1996). Ha publicado diversos artículos relacionados con la teoría de la literatura y ha impartido clases y charlas sobre temas literarios ( LIteratura y Eros, Donde menos se piensa, Escritores de un trazo). Su primer libro, " Los sujetos del bosque", apareció en 2019 ( Granada, Sonámbulos Ediciones).


“Hendiendo el aire” recuerda la técnica de la acuarela. Ligereza, suave pincelada, rápida, pero que trata de definir la esencia del paisaje que retrata. En este caso, es un paisaje real y sentimental al mismo tiempo, y los mapas que dibujan ese paisaje nos señalan presencias, añoranzas, formas del sentimiento que vibran un instante.

Poemas, pues, breves. Organizados en cuatro LIBRI, porque aquí la autora muestra otra de sus muchas facetas, en este caso, su vertiente clásica. Así que cada liber recibe una denominación latina: BREVITAS, CONTENTIO (tensión, conflicto), INMODERATIO, REDITUS (regreso).

Estas denominaciones organizan el espacio sentimental y reordenan las diversas experiencias que el poema recrea. Una especie de virtud preside, pues, cada apartado, pero más que una forma moral lo que se expresa es una tonalidad. Y cada una, preside esas geografías emocionales que se describen en torno a las geografías físicas. Y por eso el destino “se desnuda” o un personaje “cuelga” de una nube. Abundan (porque la autora tiene origen mediterráneo, y esto también sale a relucir) lo que, por volver a los términos pictóricos, podríamos llamar marinas. El paisaje se implica en lo que sentimos. La tarde puede convertirse en una manta y la nada puede hacerse jirones.

Cuando hace su aparición, en diversos momentos, un tú (de naturaleza amorosa), éste llega, huele, empuja, deja su impronta… Y uno puede sentirse amado entre los pájaros y las jaras y los nidos.

BREVEDAD

Una colección del HAIKUS abre el libro. Y como pide el género, se nos presenta la naturaleza en su transcurso, el paso de las estaciones, la lluvia, el mar…

A veces, el poema se basa en lo que llamamos IMAGEN (visión más que metáfora) y vemos gaviotas que “aran el mar” o cómo, en una referencia a la costura (y hay más de una en el libro), se “hilvanan los bordes del sentimiento” (algo que volvemos a encontrar en la segunda parte, con barcas “hilvanadas/ en el bastidor de la tarde).

Tienen una virtud estos haikus y es que no matan lo que tocan, sino que lo vivifican. Y me explico: libélulas sin alas, vainas de pimienta.

TENSIÓN

En la segunda parte, la brevedad se mantiene, pero en formas más libres. Todo gira en torno a un elemento a la vez grato y perturbador, presente y ausente. Gira en torno a TI. Y es como si se fuera acumulando la energía que luego se desplegará en la tercera parte

 

EXCESO

Llena de urgencias, heridas, corazones arrancados de cuajo… Una pasión que trata de rescatarse de su propio dolor, de “poner a secar los restos de mi pena”.

Se entreveran, como en la vida, la catarsis violenta y placentera junto con el dolor judicial y la tristeza de los finales. Y en este juego, parece que sólo un cuerpo pudiera consolarnos del vacío que ha dejado… un cuerpo.

Placeres o dolores, a pesar del tono contenido y de la forma breve, se desbordan, como mareas poderosísimas.

RETORNO

Vientos del norte y nostalgias del sur. Hay un viaje físico además de sentimental, ya lo hemos dicho. Una biografía que cruza del Mediterráneo al Cantábrico. Pero siempre se regresa, y el viaje al interior es también, de algún modo, viaje a la infancia, como si sólo allí se estuviera de verdad y de verdad fuésemos nosotros.

No importan los transportes de la existencia, los avatares de la geografía.

Allí, en aquella “homérica” playa es donde uno queda.

Y parece que es allí donde esta mujer (profesora, actriz, creadora, escritora) espera poder siempre sentirse (tocar mare) como en casa.

 


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