“Qué nos queda
tras hendir el
aire,
la luz al otro
lado
de unas carnes
abiertas
como platos.”
Vientos del
norte y nostalgias del sur sobrevuelan esta particular geografía emocional que
cruza del Mediterráneo al Cantábrico en un viaje íntimo, azaroso, prolijo en
desvíos, paradas, retrocesos y recovecos; un periplo de ida y vuelta sostenido
en tiempo y espacio por ese deseo irrefrenable de volver una y otra vez al
punto de partida, el paraíso perdido de la infancia, tocar mare.
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