Héroes,
dioses y demás criaturas míticas, eternos compañeros de viaje, conversan con
nosotros en estos versos desde la cercanía, en absoluta familiaridad. Los
reencontramos a la vuelta de cada esquina, ya sea una taberna del puerto de Frikes,
una sórdida callejuela de Trapani o el último ferry que cruza a las islas cada
anochecer.
Los mitos no nos abandonan jamás, increpan, cuestionan, consuelan,
reconocen nuestros logros y acompañan nuestros fracasos, porque también son los
suyos. En ellos reside al fin y al cabo la mayoría de las preguntas y
respuestas que buscamos. El mundo ha cambiado y ellos con él.
Maru Bernal
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